Mi nombre es May Arias
Nací en Barcelona en 1974. He vivido 12 años en Alemania, donde me he desarrollado en todos los aspectos de mi vida: no sólo he aprendido, por supuesto, una nueva lengua, sino que el residir esta larga etapa en el extranjero me ha aportado una perspectiva mucho más amplia, sabia y enriquecedora de la existencia y la conducta humana y del qué nos mueve y qué nos detiene a las personas.
Desde bien jovencita me interesó el comportamiento de las personas y fue por ello que inicié mis estudios en psicología después de haber tratado de ser periodista.
Me licencié en Psicología por la Universidad de Barcelona (2004), y me especialicé en Educación y Asesoramiento sexual por la Universidad de Alcalá (2007). Tras infinidad de cursos, seminarios y talleres decidí, hace dos años, ampliar mi formación académica con un Máster en Psicoterapia Integradora Humanista (2023) en el Instituto Erich Fromm de Barcelona. Crecer personal y profesionalmente y seguir adquiriendo herramientas para el «arte» de ayudar a los demás es parte de mi filosofía de vida.
Soy colegiada por el Colegio Oficial de Psicología de Cataluña (COPC) y miembro de la Sociedad Catalana de Sexología.
La sexualidad humana es y ha sido siempre un tema que me ha hecho vibrar. He pretendido aportar mi granito de arena para que las cosas se entiendan de una manera más amplia, para evitar reduccionismos, y levantar tabúes que sólo nos han llevado a malinterpretar el significado del hecho sexual humano en su más holística concepción. No existe una célula de nuestro cuerpo que no sea sexuada.
Ser consciente de hasta dónde han llegado los diferentes discursos a lo largo de la historia de la humanidad para desvirtuar la más bella de las realidades, me lleva a elevarla donde le corresponde y acabar con el aún hoy mal-trato recibido.
¿Cómo trabajo?
Desde el humanismo entendemos a cada persona como única e irrepetible. Por ello no hay recetas para todos. Cada persona tiene su propia biografía, su manera de construir el mundo y de afrontar los acontecimientos que suceden en su vida.
Como modelo experiencial-humanista trabajo no sólo a nivel cognitivo, sino que también contemplo el subsistema emocional y corporal del paciente. A través de técnicas vivenciales, como la visualización-fantasía guiada, la relajación, los diálogos gestálticos, técnicas psicocorporales, el dibujo, etc., el mismo paciente nota cómo en su interior, y a consecuencia de lo vivenciado, se producen cambios que de por sí no se darían si el proceso se limitara a explicar el malestar y dar consejos respecto al mismo.
Conectar con el cuerpo y las emociones es muchas veces más terapéutico y resolutivo que explicar las cosas y permanecer en un plano meramente verbal.